Las experiencias estresantes y traumáticas son compañeros constantes de los seres humanos, esto ha sido plasmado en innumerables obras artísticas como poemas y canciones. En gran medida, la calidad de la vida humana depende de su capacidad para hacer frente a las diversas adversidades que enfrentan. Es natural para los seres humanos compartir sus emociones con los demás, esperando apoyo y alivio de la carga emocional; al fin y al cabo, frecuentemente contamos nuestros malestares a familiares y amigos de confianza.
Una de las ideas dominantes al respecto respalda la opinión de que la confrontación y el procesamiento cognitivo de la experiencia emocional subjetiva relacionada con el trauma son beneficiosos para la salud (Foa y Kozak, 1986). En contraste, los investigadores muestran que la supresión, la represión y la negación del procesamiento emocional tienen un impacto negativo en la salud mental y física.
En ese sentido, las terapias de exposición, especialmente hablar con otras personas (hablar de cura), han sido muy populares a lo largo de la historia. Sigmund Freud introdujo el concepto de catarsis (expresión de emociones de una manera socialmente apropiada) como una forma de terapia basada en la idea de curar los bloqueos emocionales al hablar sin inhibiciones. Así pues, es posible que el acto de describir el dolor emocional provoque una transformación e incluso prospere.
La escritura expresiva proporciona una forma segura de purgar la experiencia emocional de uno sin ningún riesgo de un impacto negativo de la respuesta inapropiada del otro.
Los beneficios de la expresión emocional no se limitan a la expresión verbal. Investigaciones han demostrado que alentar a las personas a escribir sus pensamientos y sentimientos sobre eventos traumáticos pasados produce una mejor salud mental y física (Lepore y Smyth, 2002; Smyth y Pennebaker, 2001; Pennebaker, 1990). Esto ha sido denominado escritura expresiva la cual se define como el proceso de expresar sus sentimientos, pensamientos y experiencias en palabras escritas (Pennebaker y Beall, 1986).
La escritura expresiva proporciona una forma segura de purgar la experiencia emocional de uno sin ningún riesgo de un impacto negativo de la respuesta inapropiada del otro. Asimismo, esta dinámica brinda la oportunidad de un mayor procesamiento cognitivo e integración de la experiencia traumática en la memoria, con lo cual conduce a una mayor conciencia emocional y fomenta una mejor regulación de la emoción.

Aunque el mecanismo exacto por el cual la escritura expresiva afecta la salud aún no está claro, se han propuesto muchas explicaciones posibles. Una de ellas implica que la expresión o divulgación a través de la escritura no conlleva el riesgo de rechazo social y, por lo tanto, debería disminuir gradualmente el estrés, la carga emocional y el riesgo de enfermedades psicosomáticas (Pennebaker, 1993).
Los beneficios de la escritura expresiva también se explicaron en términos de procesamiento cognitivo. La escritura expresiva convierte emociones e imágenes en palabras y, en consecuencia, cambia el pensamiento y la percepción de la experiencia emocional. Ehlers, Hackmann y Michael (2004) en su teoría cognitiva del procesamiento del trauma sugirieron que volver a experimentar y verbalizar los pensamientos y recuerdos relacionados con la experiencia puede llevar a la elaboración e integración de la experiencia traumática en la memoria autobiográfica consciente. Las inhibiciones y las intrusiones desagradables pueden disminuir o cesar como resultado.
[…] la expresión o divulgación a través de la escritura no conlleva el riesgo de rechazo social y, por lo tanto, debería disminuir gradualmente el estrés y la carga emocional […]
En ese sentido, la escritura expresiva tiene un gran potencial por su impacto positivo en la salud al aliviar las inhibiciones emocionales y el estrés del sistema psicosomático. También brinda oportunidades para una mejor integración de la experiencia emocional en la memoria y, en consecuencia, ayuda en el desarrollo de esquemas adaptativos relacionados con el yo, los demás y el mundo.
Referencias
Ehlers A, Hackmann A & Michael T (2004) Intrusive reexperiencing in post-traumatic stress disorder: phenomenology, theory, and therapy. Memory 12 403–15.
Foa E & Kozak M (1986) Emotional processing of fear: exposure to corrective information. Psychological Bulletin 99 20–35.
Lepore SJ & Smyth JM (Eds) (2002) The Writing Cure: How expressive writing promotes health and emotional well-being. Washington, DC: American Psychological Association.
Pennebaker, J. W., & Beall, S. K. (1986). Confronting a traumatic event: Toward an understanding of inhibition and disease. Journal of Abnormal Psychology, 95, 274–281.
Pennebaker JW (1990) Opening Up: The healing power of confiding in others. New York, NY: William Morrow.
Pennebaker JW (1993) Putting stress into words: health, linguistic, and therapeutic implications. Behaviour Research and Therapy 31 539–48.
Smyth JM & Pennebaker JW (2001) What are the health effects of disclosure? In: A Baum, TA Revenson & JE Singer (Eds) Handbook of Health Psychology. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum.